La fisioterapia en el campo de la ginecología

ginecología

La fisioterapia es un campo que se divide en muchas ramas, que suelen hacer contacto con otros campos aparentemente distintos. Hoy, hablaremos de una de ellas que, si bien no es tan conocida comparada con otras, es de las más importantes. Hablo de la fisioterapia obstétrica, o, como se le identifica mejor, fisioterapia ginecológica. Como dice su nombre, esta ramificación de la fisioterapia influye en el campo de la ginecología, tratando la zona del suelo pélvico y demás partes relacionadas con el embarazo y el parto. Aunque, como se mencionó anteriormente, no es el tipo de fisioterapia más conocida, ha obtenido unos resultados destacables, que le han proporcionado mayor demanda y reconocimiento en los últimos años.

Además de ser utilizada en momentos importantes, como pueden ser el embarazo, el parto y el posparto, la fisioterapia es capaz de tener un impacto en el mundo de la ginecología, haciendo frente a alguno de sus mayores desafíos. A continuación, presentaremos dos de los más notables: el síndrome premenstrual y la endometrosis, y de qué manera se utiliza la fisioterapia para tratarlos.

Síndrome premenstrual

El síndrome premenstrual es un conjunto de molestias que afectan tanto a nivel físico como psicológico a muchas mujeres, generalmente manifestándose hasta dos semanas antes del inicio de la menstruación. Es un fenómeno común, con estimaciones que indican que hasta un 40% de las mujeres pueden experimentar síntomas en algún grado. Aunque la causa exacta del síndrome premenstrual no está totalmente definida, se piensa que está vinculada a factores como el estrés y los cambios hormonales que ocurren durante la segunda mitad del ciclo menstrual.

La fisioterapia ha mostrado ser una herramienta valiosa en el manejo de algunos de los síntomas asociados al síndrome premenstrual. Técnicas como el masaje abdominal pueden ayudar a aliviar la tensión y reducir la inflamación en la región pélvica. El kinesiotaping, una técnica que utiliza cintas adhesivas especiales aplicadas sobre la piel, puede ofrecer soporte y alivio en áreas específicas, promoviendo la circulación y ayudando en la reducción de la retención de líquidos. La radiofrecuencia, por su parte, puede ser útil para mejorar la circulación en la zona abdominal y pélvica, reduciendo la sensación de inflamación y pesadez. Estos tratamientos, aplicados por profesionales capacitados, pueden brindar alivio a las mujeres que sufren de síntomas premenstruales, mejorando su calidad de vida durante estos días críticos del mes.

Endometrosis

Esta enfermedad también es relativamente común, pero notablemente más peligrosa que el caso anterior. Se da cuando las glándulas endometriales, que forman la mucosa que recubre el útero, aparecen en partes situadas fuera del útero. Los puntos más comunes suelen ser la zona de la pelvis y el abdomen, pero en contados casos pueden llegar a aparecer en sitios más inconvenientes, como el hígado o las mamas. Principalmente, esta enfermedad suele causar dolores en las zonas pélvica y abdominal, e infertilidad, pero tiene muchos otros síntomas que se pueden llegar a dar en variedad de casos (dolor mientras se orina o se tienen relaciones sexuales, cólicos menstruales, etc).
Aunque hay varias cosas que todavía se desconocen de la endometrosis, su propia causa, por ejemplo, sí que se conocen varias técnicas de fisioterapia para combatirla. Principalmente, la fisioterapia ayuda a aliviar el dolor e inflamación que esta enfermedad causa, así como impedir que esta progrese. Esto se puede conseguir mediante el uso de métodos como la masoterapia, técnicas varias de relajación como la acupuntura o masajes, o el drenaje linfático. También, por simple que pueda sonar, el ejercicio físico otorga cierta protección. Por lo que ayudar a un paciente a realizar una serie de ejercicios que tengan un impacto sobre las zonas afectadas, o preescribirlos, puede ser un factor muy importante a tener en cuenta.

La fisioterapia ginecológica, se centra en la prevención, tratamiento y rehabilitación de disfunciones y patologías relacionadas con el suelo pélvico y la región abdominal inferior en mujeres. Estas disfunciones pueden surgir por diversos motivos, incluidos la menopausia, cirugías y condiciones crónicas.

Áreas de intervención:

  1. Incontinencia urinaria: Es una de las disfunciones más comunes tratadas por la fisioterapia uroginecológica. Mediante ejercicios específicos, electroestimulación y biofeedback, se puede mejorar el tono y la función de la musculatura pélvica, reduciendo o eliminando la incontinencia.
  2. Dolor pélvico: Mediante técnicas manuales, estiramientos, ejercicios y educación al paciente, se puede reducir o aliviar el dolor pélvico crónico o agudo.
  3. Prolapsos: La fisioterapia ayuda a fortalecer la musculatura del suelo pélvico, previniendo o aliviando el prolapso de órganos como la vejiga, el útero o el recto.
  4. Preparación al parto y postparto: En esta etapa, la fisioterapia puede ayudar a preparar la musculatura pélvica y abdominal para el momento del parto y a recuperarse más rápidamente tras el mismo. También se pueden tratar episiotomías, cicatrices o diastasis de rectos.
  5. Disfunciones sexuales: Algunas mujeres pueden experimentar dolor durante las relaciones sexuales o falta de sensibilidad. A través de la rehabilitación pélvica, se pueden tratar estos problemas, mejorando la calidad de vida sexual.
  6. Post cirugías ginecológicas: Tras intervenciones quirúrgicas como histerectomías, cesáreas, o reparaciones de prolapsos, la fisioterapia puede ayudar a recuperar la función y tono muscular, y a reducir el dolor o las adherencias.
  7. Menopausia: Durante esta etapa, muchas mujeres experimentan cambios en su musculatura pélvica, lo que puede llevar a incontinencias, prolapsos o dolor. La fisioterapia puede ser una herramienta efectiva en la prevención y tratamiento de estas disfunciones.

Técnicas utilizadas:

  • Ejercicios del suelo pélvico: Son ejercicios específicos para fortalecer y mejorar el tono de la musculatura pélvica.
  • Biofeedback: Es una técnica que permite visualizar o escuchar la actividad muscular, ayudando a la paciente a reconocer y controlar su musculatura.
  • Electroestimulación: Puede ser útil para tratar la incontinencia y para fortalecer la musculatura.
  • Masoterapia y técnicas manuales: Para mejorar el tono muscular, reducir el dolor y mejorar la circulación.

Es importante que, ante cualquier síntoma o duda, las mujeres consulten a profesionales especializados en fisioterapia uroginecológica para recibir una atención adecuada y personalizada.

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